Los abuelos disfrutaron cantando Zamba de la Esperanza, un carnavalito norteño y una chacarera mientras que los niños bailaron, les contaron la leyenda del kakuy y de la Telesita.
Un día diferente para todos los que participamos, para valorar el trabajo de otros y el propio, para vincularse con la tercera edad desde el respeto y el disfrute.
Con un fuerte abrazo los niños se despidieron de los abuelos quienes se fueron cargados de energía.














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